lunes, 2 de mayo de 2011

PLIEGOS DE CORDEL

La literatura de cordel –así llamada por las cuerdas de las que pendían las coplas o pliegos para ser ofrecidos al público–  es un ejemplo de “literatura fugaz”, con tal poder de difusión que sobrevivió, desde nuestros Siglos de Oro hasta la era de la televisión, manteniendo y renovando un repertorio extensísimo del corpus popular y tradicional.
Impresos en diversos formatos, aunque el más frecuente era el cuarto, se trataba de cuadernillos de pocas hojas y bajo precio, que eran distribuidos en calles y plazas por ciegos cantores, vendedores callejeros y buhoneros. Además de aquellos que recogen material que proviene directamente de la tradición oral, encontramos pliegos que incluyen oraciones, relaciones de sucesos, historias heroicas de bandidos o de santos, sermones, sátiras sociales, historias caballerescas de distintos ciclos, piezas breves teatrales, relaciones de comedias, etc. Se trata de un tipo de literatura popular en relación directa con los fenómenos de la oralidad,  que abarca desde la lírica tradicional, la poesía de circunstancia, las prosificaciones de las novelas de caballería y los romances, hasta los resúmenes de los más conocidos dramas románticos del XIX.
Se solía ilustrar la primera página con un grabado sobre cobre o una xilografía que ocupaba la mitad superior de la plana y que, con diseños toscos en muchos casos, contenía alguna figura alusiva al caso relatado, y animaba a escuchar y comprar el relato.
Fenómeno comercial y fuente de la investigación histórica y  sociológica, los pliegos de cordel han servido como vehículo de transmisión de textos considerados “infraliteratura” tanto como de piezas literarias de reconocido prestigio, y han contribuido al esparcimiento de un público numeroso y heterogéneo que mantuvo en pie su mercado hasta tiempos recientes.
El ciego de los romances. José Gutiérrez Solana

Para leer algunos pliegos de cordel, pincha en los enlaces abajo relacionados. Proceden de la magnífica colección que posee la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña (Valladolid).


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